
NUTRICIÓN EFECTIVA
La buena nutrición es la base de nuestra salud y bienestar
Mala nutrición
Un problema actual

Las consecuencias de una mala alimentación y malos hábitos, los podemos ver continuamente reflejados en muchas de las enfermedades que afectan a nuestra generación. Los hábitos también se van copiando e imitando de generación en generación. actualmente vemos familias enteras que sufren de algún tipo de enfermedad o problema de salud, en todas las edades y niveles socioeconómicos.
Una mala alimentación y nutrición pueden acarrear una amplia gama de problemas de salud, que se manifiestan de diversas maneras.
Deficiencias nutricionales:
- Anemia: Causada por la falta de hierro, lo que lleva a bajos niveles de glóbulos rojos y síntomas como fatiga y debilidad.
- Problemas de desarrollo: En niños, la falta de nutrientes esenciales puede causar retraso en el crecimiento físico y mental.
- Problemas cognitivos: La malnutrición puede afectar la función cerebral, llevando a dificultades de concentración, memoria y aprendizaje.
Enfermedades crónicas:
- Obesidad y sobrepeso: El consumo excesivo de calorías, grasas saturadas, azúcares y alimentos ultra procesados contribuye al aumento de peso, lo que a su vez incrementa el riesgo de numerosas enfermedades.
- Ciertos tipos de cáncer: Se ha asociado la mala alimentación, como dietas bajas en fibra y altas en grasas y carnes procesadas, con un mayor riesgo de cáncer de colon y otros tipos.
- Osteoartritis: El exceso de peso debido a una mala alimentación ejerce presión adicional sobre las articulaciones, lo que puede contribuir al desarrollo de artritis.
- Trastornos alimentarios: Conductas alimentarias peligrosas como la anorexia y la bulimia pueden tener graves consecuencias para la salud física y mental.
- Debilidad muscular: La falta de proteínas y otros nutrientes puede llevar a la pérdida de masa muscular y debilidad.
Como podemos mantenernos saludables?
La mejor forma de mantenernos saludables es adoptar un enfoque integral que abarque varios aspectos de nuestro bienestar físico y mental. Aquí te presento los pilares fundamentales:
1. Nutrición equilibrada y consciente:
- Dieta variada: Consume una amplia gama de alimentos de todos los grupos: frutas, verduras, granos integrales, proteínas magras (legumbres, pescado, pollo sin piel), lácteos bajos en grasa o alternativas vegetales fortificadas y grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, frutos secos). Esto asegura la ingesta de todos los nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes).
- Prioriza alimentos frescos y naturales: Reduce el consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio.
- Hidratación adecuada: Bebe suficiente agua a lo largo del día. La cantidad varía según la persona, el clima y la actividad física, pero una buena guía son 8 vasos al día.
- Atención plena al comer: Presta atención a las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo. Come despacio y disfruta de tus alimentos.
2. Actividad física regular:
- Ejercicio variado: Combina ejercicio cardiovascular (caminar, correr, nadar, bailar) para fortalecer el corazón y mejorar la resistencia, con ejercicios de fuerza (pesas, bandas de resistencia, peso corporal) para mantener la masa muscular y la salud ósea. Incluye también ejercicios de flexibilidad y equilibrio (estiramientos, yoga, tai chi).
- Frecuencia e intensidad: Intenta realizar al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa a la semana, o una combinación de ambas. Realiza ejercicios de fortalecimiento muscular al menos dos días a la semana.
- Incorpora el movimiento a tu vida diaria: Camina o ve en bicicleta en lugar de usar el coche para trayectos cortos, sube por las escaleras, levántate y muévete regularmente si tienes un trabajo sedentario.
3. Descanso adecuado:
- Sueño de calidad: Intenta dormir entre 7 y 9 horas cada noche. Establece una rutina de sueño regular, creando un ambiente propicio para el descanso (oscuro, tranquilo y fresco) y evitando pantallas antes de acostarte.
- Manejo del estrés: El estrés crónico puede afectar negativamente la salud física y mental. Incorpora técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda, el yoga o simplemente dedicar tiempo a actividades que disfrutes.
- Equilibrio entre trabajo y vida personal: Dedica tiempo a tus hobbies, a pasar tiempo con tus seres queridos y a actividades que te aporten alegría y relajación.
4. Cuidado de la salud mental:
- Conexiones sociales: Mantén relaciones saludables y significativas con familiares y amigos. El apoyo social es fundamental para el bienestar emocional.
- Manejo de emociones: Aprende a identificar y gestionar tus emociones de manera saludable.
- Actitud positiva: Cultiva una mentalidad optimista y practica la gratitud.
- Buscar ayuda profesional si es necesario: No dudes en buscar el apoyo de un terapeuta o consejero si sientes que estás luchando con tu salud mental.
5. Hábitos saludables adicionales:
- Higiene personal: Mantén una buena higiene, incluyendo el lavado de manos regular, la higiene bucal y el cuidado de la piel.
- Evitar hábitos tóxicos: No fumes y limita el consumo de alcohol.
- Revisiones médicas regulares: Realízate chequeos médicos preventivos según las recomendaciones de tu médico.
Mantenernos saludables es un proceso continuo y requiere compromiso y constancia. No se trata de buscar la perfección, sino de adoptar hábitos saludables de manera gradual y sostenible en el tiempo. ¡Cada pequeño cambio cuenta!